Destaco este artículo por varios motivos que describiré más adelante, pero cobra su real importancia cuando se lo lee con la nota que la revista Ñ pone a continuación “Revolución de la lectura en el Río de la Plata”.
El primero -en imagen adjunta- de Daniel Scarfo ¿Un modelo escolar se demuestra caduco? (edición del 14/04/2014) plantea la visión del autor sobre las actuales circunstancias por la que atraviesa la educación en nuestro país.
Dice que el conocimiento hoy “no representa valor alguno y la asistencia a clase, no trae aparejado el desarrollo de habilidades que merezcan ser aprendidas.” Denuncia la pérdida del sentido de la educación: no merece la pena, realizar ningún sacrificio por ella. Responsabiliza a la falta de decisiones políticas, su ausencia ha promovido una burocracia en los sistemas educativos, una apatía y desorientación sobre los importante y lo superfluo, sobre sus prioridades. Había hace muchos años una frase que sintetizaba el fenómeno.
“Tu haces cómo que aprendes y yo hago como que enseño”. El cómo si de las burocracias y la pérdida de sentido de la labor de cada uno en la diada docente alumno, aplasta las subjetividades impidiendo el aprendizaje y el placer en la tarea, tanto de unos como de otros.
“Hacer las cosas por el solo hecho de hacerlas bien” es la frase de Richard Sennetque menciona en su libro “El Artesano”, en el que busca las raíces del placer, y la dignificación de la tarea, la que también puede ser usada para sintetizar una organización vital y absolutamente en las antípodas de la que estamos tratado de describir.
Dice que el conocimiento hoy “no representa valor alguno y la asistencia a clase, no trae aparejado el desarrollo de habilidades que merezcan ser aprendidas.” Denuncia la pérdida del sentido de la educación: no merece la pena, realizar ningún sacrificio por ella. Responsabiliza a la falta de decisiones políticas, su ausencia ha promovido una burocracia en los sistemas educativos, una apatía y desorientación sobre los importante y lo superfluo, sobre sus prioridades. Había hace muchos años una frase que sintetizaba el fenómeno.
“Tu haces cómo que aprendes y yo hago como que enseño”. El cómo si de las burocracias y la pérdida de sentido de la labor de cada uno en la diada docente alumno, aplasta las subjetividades impidiendo el aprendizaje y el placer en la tarea, tanto de unos como de otros.
“Hacer las cosas por el solo hecho de hacerlas bien” es la frase de Richard Sennetque menciona en su libro “El Artesano”, en el que busca las raíces del placer, y la dignificación de la tarea, la que también puede ser usada para sintetizar una organización vital y absolutamente en las antípodas de la que estamos tratado de describir.
En articulación, con la columna sobre la
llegada al Río de la Plata del libro, encontramos las claves del espíritu que
rodeo la construcción del sentido de la educación en nuestro país. En ella
puede detectarse la transmisión de la identidad de género, de identidad colectiva y el sentido patriótico
como ejes de la comunicación. La
escuela como “espacio sublime”, el libro como “objeto sagrado,” y un país que
contenía estas cuestiones con visión y destino de grandeza. Era un tiempo
esperanzado, con un horizonte próximo, contexto
encarnado por políticas públicas que sostenían esa ilusión y un deseo
compartido de crecimiento.
Esa ilusión tan frágil y delicada por
cierto, producto de la eficacia de las
acciones, coherencia y consistencia de las políticas publicas, es lo que falta
hoy y que revela el primer artículo.
La ilusión se degrada, en un como sí , en
una ficción de cada uno y de la institución que admite la connivencia y la
promueve. La organización bajo estos efectos, pierde el sentido, se rutinizan
las actividades. Las personas que trabajan en ellas sobreviven sin motivaciones ni desafíos. Desaparece la
“alegría” que tan bien describe el
docente en su composición, que inicia la nota sobre la inclusión del libro en
el Río de la Plata. Se trata del placer por la tarea cuyo adjetivo es sublime, representación de la educación, el educando y el educador.
Porque esa excelencia y virtud tocaba a
todos los que participaban en ella.
Lo sublime es la ilusión que seguramente
se está produciendo en Ecuador, porque
esto no es historia antigua, invito a
leer un tercer artículo publicado en lanacion.com, en el que comenta la revolución
educativa de Correa en Ecuador. Basados
en un modelo meritocrático, ofreciendo trabajo, residencia y buenos sueldos a
maestros y formadores de todo el mundo, nos da una lección de política pública
con vistas a un desarrollo del país, vía la educación, promoviendo en la
ciudadanía la ilusión y la esperanza real.
La degradación de la organización, la
perdida del sentido se debe en palabra de Bion a la incapacidad de un
aprendizaje por la experiencia, la frustración que ella implica domina y eclipsa a la curiosidad, motor fundamental
del conocimiento. La viveza criolla desbanca a la inteligencia. La búsqueda
personal por vía del merito,y el
reconocimiento da lugar a búsqueda de un líder en quien depender, un salvador. Se
pacta con el diablo y el sujeto pierde individualidad y sentido del estar vivo,
entrega su alma al diablo, para mirarse como Narciso en las aguas del rio.Hay amenazas de afuera, los enemigos
acechan y el discurso se vuelve mesiánico en las organizaciones
Bion describe que el grupo pierde racionalidad, no hay reconocimiento del
factor tiempo ni de la realidad externa. Los problemas que requieren de la inteligencia
y racionalidad de los mejores, se eternizan en un continum de tiempo y
espacio. Como no se requieren las
funciones yoicas de sus miembros porque se ha pactado con el diablo, no hay nada que aprender, no hay nada por resolver, no hay cambios por incluir, el
desarrollo no existe como tal. Algo así como “los chicos aprenden solos y los
problemas se solucionan con el tiempo. Así como en el cuento infantil, Zorro no
podía reconocer su incapacidad de alcanzar las uvas, concluye para si y para el
resto que “las uvas están verdes”
Si retomamos la idea de la eficacia de
las políticas públicas en el desarrollo de esa ilusión, muchos autores que
estudiaron el inicio del psiquismo humano, Bion pero también Winnicott, dan cuenta de esa ilusión en los inicios y su
enorme poder en el desarrollo y
crecimiento. Es la fuerza del amor y el enamoramiento la que nos hace sentir
capaces, la necesitamos para enfrentar
los desafíos y las preguntas sin respuestas, es solo ilusión no es
omnipotencia, es fortaleza y firmeza.
Estoy haciendo un paralelismo entre lo
fundacional de una sociedad y los inicios del psiquismo humano. La ausencia del
factor tiempo, hace pensar y actuar
creyendo que lo fundacional es de una vez y para siempre, así niegan el
tiempo. La tarea fundacional es
perpetua, diaria, constante consistente y coherente para que tenga efectos benévolos. Es en espiral tal como la
visualizó entre nosotros Pichón Rivière. Es dinámica, sus crisis y ciclos deben ser historizados, para repensarnos como sociedad y como individuos. Renovar apuestas y pactos,
haciendo frente a los desafíos de la
época, valorando el aporte de cada generación. La educación argentina la que
recuerda la alumna Pereda y los cuadernos hallados y estudiados por William
Acree, pertenecen a la historia, en la que nos debemos reconocer para retomar
la pregunta fundacional que propone Scarfo “La escuela está acabada a menos
que sea atravesada por cambios fundacionales".
Para fundar hay que desear primero
y trabajar después en políticas públicas que hagan realidad el deseo de una
educación a la altura del nuevo mundo.
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